En Peñalolén, el grupo trabajó alrededor de dos capillas de la Parroquia San Roque, pintando, limpiando las capillas, un parque, varias casas, un jardín infantil y un centro comunitario del barrio. En Valparaíso, también mejoraron infraestructura comunitaria y, sobre todo, compartieron con los porteños que perdieron sus hogares durante los incendios de 2017. El padre David Halm C.S.C comparte su experiencia: “Por mi parte aprendí que en el sector de Valparaíso, donde estábamos, muchos de los habitantes sufrieron por los incendios y perdieron fotos y cosas históricas de su familia. Incluso con nuevas casas construidas por el Estado, tenían pena por esa pérdida de historia y memoria. Nuestra visita les dio una oportunidad compartir con nosotros sus historias y sufrimientos”.
Por su parte, el padre Michael Thomas C.S.C cuenta que en Peñalolén: “visitamos a mucha gente en sus casas, especialmente a los enfermos, celebramos con ellos el sacramento de la unción de los enfermos, rezamos y compartimos la vida”. Recuerda que las personas del sector organizaron una convivencia para los georgianos y los abuelitos que incluyó una batalla de rap y sopapillas. “En las tardes y en las mañanas, la comunidad del Saint George rezaba por las necesidades de la gente que encontrábamos durante nuestras jornadas”. Reflexiona: “Aunque muchos de los alumnos entraron en la experiencia no seguros de qué iba a pasar, salió muy bien y fue muy impactante… Nosotros hemos experimentado la luz de Cristo en nuestra propia comunidad y vamos a compartir esa misma luz, porque no podemos amar a Dios, si no amamos al hermano. Por eso fuimos”.
Para nuestro director de pastoral, “cada vez que estamos juntos por trabajos y misiones, como comunidad del Saint George, siento más y más el Espíritu Santo renovándonos en nuestra fe y compromiso. Les doy muchas gracias a los profesores y agentes de pastoral que nos acompañaron y nos ofrecieron también su ejemplo de fe”.