Faltaba afianzar el trabajo en equipo para profundizar en las cuatro habilidades fundamentales del lenguaje: hablar, escuchar, leer y escribir. Ese fue el diagnóstico de los profesores de inglés de 9° grado, Naiomi Vera y Gonzalo Chandía.
No se trataba de trabajar en grupo, de repartirse las tareas y de juntar las partes antes de la disertación, sino de conformar un equipo. Y para lograrlo, la tesis de pregrado de la profesora Naiomi Vera caía como anillo al dedo. “La teoría dice que tener un grupo de personas alrededor tuyo no sirve para llegar a una meta en común. Eso solo se logra cuando me importa el que tengo al lado y esa es la distinción entre grupo y equipo. Entonces, para que me importe mi compañero necesitamos tener algo en común más allá de una nota, sentirnos parte de algo y las estrategias se desarrollan en torno a crear identidad de equipo y roles dentro del mismo”, explica Naiomi.
¿Cuáles son los roles con los que trabajan?
Gonzalo Chandía: Actualmente tenemos tres roles, captain, co-captain y manager. Como equipo tienen que crear un logo, un nombre, un color y un apretón de manos en tres movimientos, algo que les gusta mucho, luego lo graban y si hay una exposición oral, al momento de introducir al equipo, se proyecta su apretón de manos (…) También ayuda el nombre, porque con algo tan básico como nombrar al equipo, los tres integrantes se sienten partícipes.
Naiomi Vera: Necesitábamos que los roles respondieran a necesidades pedagógicas dentro de la sala. Entonces el captain es el encargado de manejo de grupo, él es el único que lleva las preguntas al profesor y él reparte la información al resto del equipo. El co-captain es el encargado del contenido en específico, que en noveno es que ellos produzcan oralmente el idioma en la sala, entonces el co-captain es el encargado de llevar registro de cuántas veces alguien habla español y eso después se muestra en la coevaluación. El manager está encargado de lo actitudinal, de que todos lleguen a tiempo, que tengan sus materiales y que los celulares sean usados de manera correcta.
¿Qué contenidos trabajan?
G.Ch: En noveno propiciamos el aprendizaje del inglés a través de proyectos. Todo el año hemos trabajado con elementos literarios. Hemos leído dos novelas donde los chiquillos han tenido que analizar temas, personajes, etcétera. También hemos trabajado con no ficción como ensayos y también en la creación de argumentos. Durante el tercer bimestre implementamos un debate en grupos de a tres que estaban relacionados con temas controversiales de los libros que leímos. El cuarto bimestre es un proyecto de escritura donde ellos tienen que crear una secuela de una de las dos novelas que leyeron.
¿Han compartido la experiencia del trabajo colaborativo?
G.Ch: Naiomi hizo una capacitación para profesores de 9° dentro de la unidad, pedido por la jefa de unidad. Hemos tratado de mostrar esto, que vayan a ver la clase, porque funciona, para que vean que cuando los niños se habitúan a esto son muy autónomos, favorece el monitoreo, puedes dar una retroalimentación más efectiva teniendo a los niños trabajando. De hecho, una profesora de biología de 9° empezó a implementar estas estrategias y se encontró con niños habituados, había una rutina hecha para el trabajo colaborativo. Ella estaba muy agradecida por la estrategia y le gustaría que fuese un acuerdo de 9° trabajar colaborativamente.
El nuevo desafío será el 26 de diciembre donde tendremos dos bloques para exponer el aprendizaje colaborativo y ver cómo implementarlo en las distintas áreas: ciencias, teología, lenguaje, etcétera.
¿Cuál es la importancia del trabajo colaborativo para formar ciudadanos del siglo XXI?
N.V: Esta estrategia surgió por esa pregunta, cómo les enseñamos a estos niños que tienen que ser cristianos comprometidos y ciudadanos competentes, a que te importe otro. En eso el trabajo colaborativo tiene mucho que ver porque lo que más se da es la negociación de significados. La forma de relacionarnos es lo que se trabaja en el aprendizaje colaborativo: la tolerancia, la participación, la argumentación, la valentía para no estar de acuerdo sumado al respeto. Esa negociación de significado es lo que les sirve para el futuro, sabiendo que en la universidad van a tener que trabajar con alguien y que después en la vida laboral siempre hay que trabajar con alguien. La investigación dice que los colegios son el único espacio en que tenemos que estar juntos, por tanto en los colegios se debería enseñar a trabajar colaborativamente.
G.Ch: Sobre todo pensando en que nuestros alumnos son privilegiados y asumimos que van a liderar en sus trabajos, entonces es importante enseñarles a trabajar con otras personas, tienen que ser respetuosos y escuchar la opinión de los demás.
¿De qué manera se trabaja la accountability en esta metodología?
N.V: Accountability que es una palabra que no tiene traducción al español que es la capacidad de ser responsable de lo que hago, no solo de lo que tengo que cumplir, sino también de lo que hago mal, aceptar las consecuencias y tratar de solucionarlo. Eso se genera en este trabajo, porque si a mi compañero se le perdió la guía me va a importar. Cuando hicimos retroalimentación el comentario de los niños era el siguiente: sentí que mi opinión era importante, sentí que tenía algo que aportar, otros decían sé que mis acciones tienen consecuencias. Nosotros nos sentíamos pagados al saber esto. Y por qué la clase de inglés es muy favorable para esto, es porque tienen que hablar y llegar a acuerdos.
Recientemente, ambos profesores presentaron un paper en el último TESOL Chile (Teaching English to Speakers of Other Languages ) realizado en la Universidad Católica de Valparaíso, con expositores no solo chilenos, sino también alemanes, estadounidenses, por ejemplo. Cuentan que la respuesta del auditorio fue favorable, a pesar de venir de contextos educacionales diversos. “Fue interesante y fructífero presentar esta investigación a personas que iban más allá del colegio, que no tenían cercanía con el contexto educacional y que pudiesen verlo desde otra perspectiva”, cuenta Gonzalo. “Hay un temor de exponer en estas conferencias de pedagogía porque uno no saber si en otro contexto resultará, por ejemplo en colegios que no sean privados o en ambientes universitarios, pero lo que vimos es que cada uno podía llevarse un poco de esto, porque estás enseñando habilidades blandas y se puede usar en muchos contextos distintos”, complementa Naiomi. No tuvimos la típica reticencia que hay cuando uno presenta experiencia de colegios privados porque piensan que uno tiene todo a favor. En cambio sentimos que las personas pensaban que podían hacer algo así.