Karina Ramos, profesora de teología de la III Unidad, se ha destacado en el área de la sociología de la religión a través de publicaciones y ponencias en jornadas internacionales. Este mes su ponencia «Inserción migratoria y la gestión de la diversidad: una mirada al vínculo virtuoso entre Iglesia y Estado» fue premiada por la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del MERCOSUR a través de la «Beca Pierucci», un reconocimiento a los trabajos más destacados de investigadores jóvenes.

¿De qué manera te has desarrollado como investigadora en el fenómeno religioso?

Desde el cierre de mi grado de magíster en sociología he intentado, de forma paralela al colegio, desarrollar el área de investigación en el área de sociología de la religión. Esto ha implicado la participación en congresos al menos una vez al año y la publicación de artículos en relación con las ponencias que he escrito y presentado. En esta oportunidad, además de presentar una ponencia en la X° jornada de Religiones y Espacio Público (en Buenos Aires), presenté un texto al III Congreso Nacional sobre Fenómeno Religioso en el Mundo Contemporáneo, realizado en Chile. En este último se abrió la oportunidad de concursar por la «Beca Pierucci», un reconocimiento que hace la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del MERCOSUR, a los trabajos más destacados presentados por investigadores jóvenes. Esa iniciativa premió mi ponencia titulada «Inserción migratoria y la gestión de la diversidad: una mirada al vínculo virtuoso entre Iglesia y Estado».

¿De qué se trató tu investigación?
Todas estas ponencias y artículos surgen de aspectos de la investigación que realicé para obtener el grado de magister en sociología en la Universidad Alberto Hurtado, la que tuvo como objetivo indagar en la vinculación que existe entre la religión y la migración, en donde las comunidades religiosas se transforman en un recurso fundamental para la inserción de colectivos de migrantes en las sociedades que los acogen, dándoles no solo soporte espiritual, sino que ayudándoles a acceder a recursos que de otra forma les sería muy difícil acceder. En mi caso, la investigación fue con un colectivo de migrantes haitianos -católicos y evangélicos- en la comuna de Quilicura.

¿De qué manera tu investigación dialoga con tu trabajo en el Saint George?
Gracias a esta investigación he podido profundizar sobre la importancia de valorar la diversidad en la educación religiosa y el rol que tiene la educación religiosa a la hora de iluminar los conflictos que se dan en el espacio público. Rescatar la importancia de la manifestación religiosa diversa y como ella nos sigue hablando de Dios desde lugares que están más escondidos, como los pueblos originarios, las realidades latinoamericanas y centroamericanas, etc. y que son tan distintos a la forma de expresión y práctica religiosa chilena, me ha ayudado a reconocer las formas en que Dios sigue hablando en la ciudad y eso, trabajado con los estudiantes de la III Unidad ha sido muy importante para lograr que ellos y ellas puedan reconocerse en otros lugares en los que Dios les habla y también en la importancia del rol que ellos y ellas tienen en el espacio público desde su identidad cristiana.