Nuestros dos orgullos georgianos son amigos desde Prekínder y ambos practican en el Estadio Croata desde los 3 años. Luciano se lo recomendó a Borja y ambos lo utilizaron, al principio, para que no los molestaran y luego porque les gustó el deporte. El espíritu georgiano les ha ayudado en este camino porque “es ir derecho a lo difícil, si algo no te resulta lo sigo intentando hasta lograrlo”, explica Luciano. Ambos se sienten apoyados por el colegio: sus profesores y compañeros se sienten orgullosos de ellos y los alientan ante cada reto que asumen.
¿Por qué te gustó el Tae Kwon Do?
Borja: Me gustó que no fuera un deporte típico, porque hay que usar todo el cuerpo, además hay que pensar y más encima es divertido. Por ejemplo, haces formas… el coreano que creó el deporte estudió por 10 años, porque cada movimiento te hace llegar a otro, es un ciclo.
¿Qué le dirías a las personas que creen que el tae kwon do es violento?
Luciano: No es un deporte violento porque el profesor te enseña principios, uno de ellos es el autocontrol. En los campeonatos el exceso de fuerza te descalifica. No es la pelea no más, te enseñan formas, defensa personal, también teoría y patadas a sacos y palmetas. A mí me ha servido para estar más tranquilo, no ser tan tímido y sentirme más seguro para defenderme.
Borja: No es violento. Hay una versión que es combate y, si lo haces, tienes que ir con protector en la cabeza, manos, pies y en la boca. No corro riesgos. Por ejemplo, a veces te pegan una patada, pero no es con mala intención porque si es muy fuerte el golpe, el otro queda descalificado.
¿Cuál es el espíritu o la filosofía de este arte marcial?
Borja: Es una mezcla de Kung fu, karate, aikido. Yo soy cinturón negro. Hay blanco, blanco punta amarilla, amarillo, amarillo punta verde, verde, verde punta azul, azul, azul punta roja, roja, roja punta negra, negro. Yo estoy en el primer negro y hay 9 niveles. Tienes principios en el juramento, ellos son: cortesía, integridad, perseverancia, autocontrol, espíritu indomable. Nosotros juramos ser el líder de la paz y de la libertad, crear un mundo de paz, nunca usar mal el tae kwon do, siempre respetar al instructor y siempre ser un buen alumno.
A los Panamericanos viajaron acompañados por sus familias. Luciano dice que iba con la idea de ganar, aunque reconoce que “fue difícil competir con Borja, porque somos muy amigos”. Recuerda que en el momento de ganar se sintió muy feliz y abrazó a Borja.
Sus próximos desafíos son un campeonato el próximo año en Chile y el 2020 hacer un buen papel en el Mundial y la Copa del Mundo a desarrollarse en Eslovenia. En el Mundial participarán solo cinturones negros y Luciano ya está clasificado. Ambos esperan clasificar para la Copa también y compartir, una vez más, el podio.