El padre Fermín Donoso Espic C.S.C., religioso de la Congregación de Santa Cruz, falleció en Santiago de Chile el pasado viernes 15 de mayo. Sus funerales fueron oficiados es sábado 16 de mayo.
El P. Fermín fue dos veces Superior de la Congregación en Chile (1974-1980) y (1996-2002); párroco en Santa Rosa de Lo Barnechea (1974-1976), en Nuestra Señora de Andacollo en Santiago (1979-1980), y en la parroquia Nuestra Señora del Merced en Calle Larga (2006-2012); fue formador y maestro de novicios de la Congregación, profesor en la Universidad Católica, juez en el Tribunal Eclesiástico Nacional por 25 años, y promotor de justicia en la Diócesis de San Felipe.
Nació en Santiago de Chile el 21 de mayo de 1938. Estudió en el Colegio Saint George, donde tuvo su primer contacto con la Congregación de Santa Cruz. Se tituló de abogado en la Universidad de Chile e ingresó a la Congregación en 1960. Hizo estudios de Filosofía y Teología en la Universidad de Notre Dame, y en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue ordenado sacerdote el 15 de septiembre de 1967.
Su vida y ministerio fueron un fiel reflejo de Jesucristo el Buen Pastor. Su primer año como sacerdote lo pasó en la parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea como vicario, antes de viajar a Alemania para seguir estudios de teología. Volvió a Chile en 1971 para ser profesor en la facultad de teología de la Pontificia Universidad Católica y vicario parroquial en la parroquia San Roque de Santiago. En 1974 fue nombrado párroco de Santa Rosa de Lo Barnechea y también fue elegido superior del Distrito de Chile de la congregación, cargo que ejerció hasta 1980, cuando viajó a California para continuar sus estudios en la Unión Teológica de Berkeley.
Cuando regresó a Chile fue nombrado maestro de novicios, cargo que desempeñó hasta 1996, cuando nuevamente fue elegido superior de la congregación en Chile. Al terminar este segundo período de seis años, asumió como párroco de Nuestra Señora de la Merced de Calle Larga; desde 2006 hasta 2017 también fue promotor de justicia para la Diócesis de San Felipe.
Era un hombre de caminar pausado, paciente en la escucha y preciso en la palabra. Confidente y buen consejero. Tuvo que sufrir la cárcel, por apoyar a personas perseguidas en el año 1974 y desde 2009, con el correspondiente sigilo, comenzó a investigar varios casos de denuncias contra sacerdotes por abuso sexual.
Su carácter amable, discreto y cercano, le hizo ganarse el cariño de muchos feligreses. Para sus hermanos en la Congregación era una voz a escuchar, poco se podía agregar a lo que él nos decía. Un hombre de Dios, fiel a la eucaristía diaria, a su breviario y lectura espiritual, sabía que en el Señor descansaba su vida y su ministerio sacerdotal.
El padre Fermín fue diagnosticado con la enfermedad conocida como Parkinson Rígido, una cruz que llevó con mucha paz y paciencia. El 21 de diciembre de 2017 ingresó a la Casa Juan XXIII en Santiago, donde residen religiosos enfermos y ancianos de la Congregación de Santa Cruz.
Le sobreviven, su hermana Carmen, su cuñado, sus sobrinos y sobrinos nietos.
Lea la homilía del padre Roberto Gilbo C.S.C para la misa de funeral.
Fuente: Comunicaciones Congregación de Santa Cruz.