¡Estamos de fiesta! Hoy celebramos a La Virgen de los dolores, patrona de los religiosos de Santa Cruz. El Padre Brian nos invita a rezar para que hayan más vocaciones sacerdotales y religiosas, especialmente por las de nuestra Congregación y, por la perseverancia de quienes ya han optado por una vida religiosa.
Los 7 Dolores de María
La profecía de Simeón (por los que llevan cargas ocultas y difíciles) «Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma»» (Lucas 2: 34-35).
La huida a Egipto (por los refugiados, trabajadores, migrantes e inmigrantes) «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mateo 2:13).
La pérdida del niño Jesús en el templo (por los niños victimizados y abusados) «No lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí» (Lucas 2: 45).
María se encuentra con Jesús cargando la cruz (por aquellos que acompañan con compasión a los que sufren) «Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de tristeza por Él, lo seguían» (Lucas 23:27).
María al pie de la cruz (por las víctimas de la violencia, las guerras y la pena de muerte) «Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquel
momento ese discípulo la recibió en su casa» (Juan 19: 26-27).
María acoge en sus brazos el Cuerpo de Jesús (por los que lloran) «Estoy ahogado en lágrimas de dolor; mantenme firme, conforme a tu promesa» (Salmo 119:28).
El entierro de Jesús (para que tengan el don de la esperanza los que desesperan) «José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad que había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la
entrada del sepulcro,